Mañana
lunes, casi cuatro docenas de ONGs, Sindicatos y Partidos, han convocado en
Sevilla una Manifestación para denunciar las políticas impulsadas por la Unión
Europea y sus gobiernos nacionales para atender el drama de los refugiados en
general, y el holocausto que está sufriendo el pueblo sirio en particular.
El PSOE de
San Jerónimo se une a dicha convocatoria de Manifestación, que saldrá de Puerta
de Jerez a las 19:30 horas en dirección a Plaza Nueva, y anima a sus afiliados
y simpatizantes, así como a las y los vecinos de San Jerónimo a unirse a la
misma.
A
continuación publicamos el Manifiesto elaborado por las entidades convocantes.
Las
políticas europeas de migración y asilo, lejos de dar una respuesta solidaria,
basada en el respeto a los derechos humanos de las personas migrantes y
refugiadas, han puesto en grave riesgo las vidas de miles de personas, muchas
de ellas mujeres y niños, convirtiendo el mar Mediterráneo en la mayor fosa
común en el mundo donde han muerto más de 25.000 personas en los últimos 15
años.
El pasado 18
de marzo, los líderes europeos firmaron una declaración con Turquía que, además
de ser vergonzosa e ilegal, pone en un mayor riesgo a estas personas
justificando su devolución a un país como Turquía que ha demostrado que no
garantiza los derechos humanos y la adecuada protección que merecen.
Este acuerdo
vulnera la Carta Internacional de Derechos Humanos, la Carta de Derechos
Fundamentales de la UE, el Convenio Europeo de Derechos humanos y la Convención
de Ginebra para los Refugiados, así como diferentes Directivas europeas en
materia de asilo. Un acuerdo que propicia el naufragio de la Europa social,
abandonando los valores y los principios que configuran Europa como un espacio
común de libertad, seguridad y justicia, fundada sobre los valores de la
dignidad humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad a los que se refiere
el Preámbulo de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
Además, el
acuerdo utiliza a las personas refugiadas como moneda de cambio que responde a
intereses económicos y geoestratégicos y no a la protección a la que legalmente
tanto la UE como Turquía están obligadas a garantizar. Hacer de las personas
refugiadas una mercancía para el intercambio económico es inhumano, ilegal e
intolerable. El acuerdo convierte a Turquía en un gendarme que se suma a la
creciente militarización de las fronteras europeas. La Unión Europea, lejos de
ser un ejemplo de solidaridad y actuar conforme a los valores que fueron el
cimiento del proyecto europeo sigue impulsando recetas que han fracasado en el
pasado y han provocado miles de muertes.
El acuerdo,
unido a las medidas adoptadas unilateralmente por los estados miembros que dificultan
o impiden la entrada en su territorio de solicitantes de asilo, no aportan una
solución y provocarán la apertura de otras vías más peligrosas y costosas para
las personas refugiadas como la del Mediterráneo Central que es la más mortal
del mundo. Por todo ello, las organizaciones firmantes exigen:
A
la Unión Europea y a sus Estados miembros:
• Cambiar el
enfoque de las políticas de migración y asilo poniendo en el centro a las
personas y a sus derechos.
• Cumplir de
la legalidad europea e internacional.
• Retirar el
acuerdo de la UE y Turquía.
• Habilitar
vías legales y seguras para que las personas refugiadas no tengan que arriesgar
su vida en peligrosas rutas. Debe garantizarse, especialmente, que las mujeres
no estén sometidas a violencia sexual y de género, y que los menores y las
personas con diversidad funcional reciben la protección adecuada.
• Garantizar
una acogida digna y adecuada protección que incluya la atención sanitaria y
respeto a los Derechos Humanos así como cumplir los compromisos asumidos en
este sentido, habilitando los presupuestos y los recursos acordes al desafío
humanitario fruto de las guerras y desigualdades.
• Garantizar
la protección de las organizaciones y personas que apoyan a la población
refugiada. La complejidad de la situación hace que su trabajo sea absolutamente
necesario y debe ser complementario al que las instituciones europeas están
obligadas a realizar.
• Deben
combatirse activamente los discursos y narrativas xenófobas. Las consecuencias
de no hacerlo pueden ser muy peligrosas para la construcción de la necesaria
convivencia y cohesión social en Europa.
• Incorporar
en las políticas migratorias a nivel europeo el objetivo de la gestión de las
nuevas fronteras invisibles que se están generando en nuestras ciudades y en
nuestros barrios, con una apuesta decida por la construcción de convivencia y
dialogo intercultural.
• Finalizar
la militarización de la zona que puede derivar en conflictos aún más complejos
con gravísimas consecuencias para la población.
• Apostar
por una política europea y presupuestaria común que de apoyo a la situación de
refugiados y migrantes.
Al
Gobierno español:
• Retirar su
apoyo al acuerdo de la UE-Turquía e instar a su retirada definitiva por parte
del resto de los Estados de la Unión Europea
• Agilizar
la acogida de personas refugiadas a través de los programas de reasentamiento y
reubicación
• Reforzar
el sistema nacional de acogida a refugiados de manera acorde a la evolución de
las necesidades con los recursos, número de plazas y presupuesto necesario.
• Respetar
escrupulosamente los derechos humanos en la frontera sur (específicamente en
las fronteras de Ceuta, Melilla, Canarias y la costa marroquí) y en el resto de
las fronteras europeas
• Velar por
que el conjunto de actores políticos, económicos y sociales no empleen mensajes
de carácter xenófobo, discriminatorio o racista hacia la población migrante y
refugiada que puedan contribuir a la generación de prejuicios y actitudes
racistas o violentas hacia dichas personas.
• Llevar a
cabo acciones específicas de información y sensibilización de la opinión
pública española sobre la situación de emergencia actual y sus causas, contando
con el conjunto de actores de la sociedad civil que trabajan con población
refugiada tanto en España como en los países de origen.
• Reforzar
la política de integración con un plan de barrios que apueste por la
convivencia, el dialogo intercultural, la gestión positiva de la diversidad y
la lucha contra el racismo y la xenofobia.
•
Incrementar los fondos para ayuda humanitaria y ayuda al desarrollo sin
utilizar los fondos de cooperación internacional como compensación o incentivo
al control de fronteras ni destinarlos a la atención de personas solicitantes
de asilo y refugio en Europa. La atención de estas personas debe garantizarse
con fondos específicos, suficientes y sostenidos en el tiempo.
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