Todos los escritos sobre la barriada de San Jerónimo señalan dos hitos que han conformado el barrio a lo largo de la historia. Primero, el Monasterio de Buena Vista, que asoció el nombre del fundador de la Orden jerónima al predio situado entre el meandro del Guadalquivir y el Camino Real de Córdoba. Segundo, a la línea ferroviaria construida por la “Compañía del Ferrocarril de Córdoba a Sevilla” e inaugurada en 1859.
El pasado ferroviario de San Jerónimo se palpa en cada esquina de sus barrios, unos claramente y otros de forma mucho más difusa. Calles como Traviesa, Andén o Tren Changay, asociaciones como El Empalme, o bloques de pisos como los de la Renfe, en la calle Salvador Allende, nos remiten a un pasado ligado al sistema de transporte que revolucionó el siglo XIX. Pero también las instalaciones fabriles históricamente vinculadas con el barrio lo fueron gracias al ferrocarril. Así, hasta dieciséis empresas levantadas en la zona, y que dieron la impronta obrera que se conservó hasta los años 80 del siglo pasado, llegaron a contar con apartaderos propios vinculados al ferrocarril que en 1875 pasó a manos de la compañía “Madrid-Zaragoza-Alicante” (MZA): Oxidos y Ocres de Andalucía; Unión Resinera Española; Cia Peninsular de Asfaltos; SMMP; Unión Española de Explosivos; Campsa; Unión Vidriera Andaluza; SA Bautina; Hijos de Concepción Carreño, SA; Industrias Subsidiarias de Aviación SA; Loscertales SA; Cros SA; Suteagri-Antonio Torres Vera; Compañía Unión Fabril – CUF; Pando y Cía; y Velasco.
Pero de aquel pasado ferroviario apenas quedan más restos que los citados del nomenclátor urbano. Tan sólo las conocidas como las Naves de la Renfe se alzan en los solares de una vez ocuparon las instalaciones técnicas estratégicamente más importantes de Andalucía, y que llegó a contar con 38 vías bajo cubierta, de las que tres eran de acceso, una por el lado de Córdoba y dos por el de Sevilla, y otras dos se prolongaban para diferentes servicios. Además, era una de las pocas instalaciones ferroviarias españolas en que la rotonda (donde giraban las locomotoras) era completa. Aparte las naves de talleres de vehículos (actualmente “Naves de la Renfe”) y el depósito circular antes citado, existió una escuela y talleres de formación, así como talleres de forja y calderería.
Las Naves de la Renfe fueron construidas por la compañía MZA con ocasión de la Exposición IberoAmericana de Sevilla de 1929. La “ficha” del actual Plan General de Ordenación Urbana de Sevilla describe así el edificio: “Dos naves adosadas con fosos para la reparación de coches ferroviarios. Se utilizó el hormigón armado tanto en los cimientos y bancos de trabajo como en los soportes. La cubierta es abovedada con estructura de cerchas metálicas y lucernarios abiertos en la hoja de cubrición que fue realizada en fibrocemento. Las fachadas menores se resuelven mediante una composición escalonada de los hastiales, en las fachadas laterales se abren grandes vanos con dintel curvo, divididos por una crus doble. El zócalo es de cantería en paramento rústico”.
Los argumentos que llevaron a su protección por parte del Ayuntamiento de Sevilla, con catalogación C, fue que “Es uno de los escasos ejemplos de arquitectura industrial con rasgos modernistas que se conservan en un enclave urbano. A lo que cabría añadir que es el único elemento que permanece de lo que fuera un complejo industrial ligado al ferrocarril, en un sector caracterizado precisamente por esta presencia tan significativa, siendo determinante en su evolución”.
Mucho menos conocida es la historia de otro elemento ferroviario vinculado al barrio de San Jerónimo pero que lamentablemente también se perdió. Nos referimos a la locomotora 040-2273, una de las quince locomotoras a vapor fabricadas por la empresa catalana La Maquinista Terrestre y Marítima, entre 1900 y 1901 para la compañía MZA, y que fue el primer modelo de España construido en serie. De las quince, catorce fueron desguazadas entre 1964 y 1967, y la que sobrevivió se encontraba depositada en la rotonda del Depósito de San Jerónimo, como se puede ver en la fotografía que acompaña al texto, con idea de trasladarla al Museo del Ferrocarril en Madrid. Pero pasó el tiempo y cuando en 1991 comienzó la demolición de la rotonda con motivo de la Expo92, fue trasladada a la Estación de San Jerónimo, y posteriormente a la Estación de Mercancías de Majarabique. Finalmente, en 1995, fue cedida por la Fundación al Ayuntamiento de Villanueva del Río y Minas, en Sevilla, donde se encuentra en la actualidad en el estado que se puede ver en la segunda fotografía.
Ya que San Jerónimo perdió la oportunidad de conservar la 040-2273 decorando, por ejemplo, la Glorieta de los Ferroviarios, no podemos dejar desaparecer ni desfigurar el último vínculo con la historia ferroviaria del barrio: las Naves de la Renfe. Ni, por supuesto, solicitar su demolición como ha hecho alguna asociación de vecinos de la zona.
Lamento decirte que hay un error en tu post. Y las locomotoras de las dos fotos no son la misma. La de la foto de más arriba efectivamente es la locomotora 040-2273, y actualmente se encuentra en la localidad cordobesa de Pozoblanco. La de abajo sí que está en Villanueva del Río y Minas pero es la 240-2081. De todas formas casualmente tanto una como la otra fueron trasladadas desde la rotonda de San Jerónimo.
ResponderEliminarEstimado Manuel, muchas gracias por tu aclaración. Desde la Agrupación creemos necesario recuperar la historia de nuestro barrio y todas las aportaciones son bienvenidas. Cordiales saludos. [PMM]
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