SAN JERÓNIMO EN LA HISTORIA: Descripción del Monasterio y el humilladero de San Onofre por Félix González de León en el siglo XIX
En 1839, casi sesenta años después de la descripción de Antonio Ponz, el autor sevillano Félix González de León publicó su obra “Noticia Histórica del Origen de los Nombres de las Calles de esta M.N.M.L.YM.H. Ciudad de Sevilla” en la que describe el camino desde la Puerta de Barqueta, situada al final de la actual calle Lumbreras y antes de la glorieta de la Barqueta, hasta San Jerónimo, el Monasterio y el Templete de San Onofre.
Para esta transcripción textual, utilizamos el ejemplar depositado en la Biblioteca de la Universidad de California.
“Por una larga alameda y arrecife nuevamente construido por el último asistente don José Arjona, se llega hasta la puerta de san Juan, sin que ofrezca nada que observar. Desde esta se sigue á la de la Barqueta sin que tampoco ofrezca cosa digna de reparo; y siguiendo desde aquí la orilla izquierda del rio, dejando la ciudad á la espalda; por entre algunos alamos, campos sembrados de mieses, huertas y olivares se llega al Monasterio de san Gerónimo.
Situado á un corto paseo de la ciudad, edificio de primer orden, hermosura y capacidad, acaso el primero de su clase de Sevilla, atribuido y con razon al célebre arquitecto Juan de Herrera. Se nombra de Buena Vista porque está situado en una llanura amenísima, y desde sus miradores y balcones se descubre por todas partes una dilatada campiña, cubierta de haciendas, heredades y casas de campo, con mil cacerios terminando en la vecina cierra, descubriéndose á la vez porcion de pueblecitos, en el llano, en la misma cierra y sobre la orilla del rio, que forman la vista mas amena, deleitosa y pintoresca que pueda de imaginarse. Si buen pudiera llamarse de Buena Vista, por la buena que el mismo edificio prescuta.
Se fundó este convento el año 1414 en una heredad y casa llamada de Buena Vista, que donó al intento Juan Estevan Jurado, poderoso y afecto á san Gerónimo; y tanto se adelantó en la obra dicho año, que el día 11 de febrero de 1415, se llevó á su magestad en solemne procesion desde la Catedral, á que asistieron los cabildos, y se colocó en la iglesia nueva primitiva cantando el Te-deum y la misa el patriarca arzobispo de esta ciudad, don Alonso de Ejea. Quedando desde entonces constituido convento, que se fué enriqueciendo y aumentando hasta el estado en que hoy se vé. Esta comunidad continuó en opulencia hasta el año de 1810 que espulsados sus religiosos por los franceses, sufrió gran pérdida, y mucho daño el edificio, pero cuando volvieron a él en virtud del decreto del rey don Fernando VII en 1815, repasaron lo mas principal, y la iglesia, y asi continuó hasta la esclaustracion general de 1835. Entonces quedó cerrado y sin ningun uso hasta que en 4 de septiembre de 1836 se estableció en él el hospicio de los pobres de esta ciudad, que permaneció hasta el mes de diciembre de 1838 que se trasladó al convento de santa Isabel.
Entonces el señor don Francisco Alejandro Fernel, ha establecido en este convento, el Colegio Sevillano para educar jóvenes, en las ciencias, en la agricultura, y en el comercio, bajo las reglas mas prudentes y económicas que pueden inventarse. Si este establecimiento llega á radicarse; si Sevilla conoce su utilidad, y sabe apreciarla; (si se cumple y es cierto el plan de su educacion) podrá decir que tiene en su seno el plantel de sabiduría de la nacion. Loor eterno á su autor.
Al convento é iglesia se entra por un dilatado compaz con dos puertas á levante y poniente, y desde luego se advierte la magnificencia del edificio que se vá á disfrutar. Su fachada esterior (como todo el templo) es gótica y no tiene particular ornato. La singular estátua de san Gerónimo en la penitencia, obra la mas bien acabada del famoso escultor Maese Pedro Torregiano condiscipulo y émulo del divino Miguel Angel, y nada inferior á este en el mérito artístico; ha sido conducida á la Catedral y colocada en su sacristia.
Saliendo de este convento por la puerta del compaz que mira á levante, y sale al camino de herradura de Estremadura, y volviendo por él hácia la ciudad, casi en frente de este convento está la hermita de san Onofre: antigua á par de la que mas lo sea, y en otros tiempos muy frecuentada por las viudas que aspiraban á segundas bodas de que tenían al santo por abogado.”
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