Rajoy tomó posesión del gobierno de la Nación , la deuda pública
era un 20% menos de la media europea. Tras dos años de gobierno, ha conseguido
que llegue a niveles nunca visto desde 1909.
Vamos mal, y
acabaremos peor. Los buenos datos sólo existen en los resultados de los grandes
grupos bancarios, algunas empresas exportadoras y las empresas turísticas que
generan empleo con salarios chinos.
Cuando Mariano
Rajoy fue investido presidente del Consejo de Ministros por parte del Congreso
de los Diputados, España tenía una deuda pública del 69%, del Producto Interior
Bruto (PIB) que suponía 20 puntos menos que la media.
Es decir, que se
encontró un país con una deuda manejable. Pero su política fiscal y laboral,
hundió la recaudación de los impuestos, y su estrategia bancaria, obligó al
Estado a asumir ingentes deudas para salvar la cara, entre otros, a muchos de
los directivos del PP colocados a dedos en las Cajas de Ahorros quebradas,
fundamentalmente de Valencia y Madrid.
Ayer se hizo
público por parte del Banco de España, que la deuda pública española es la
mayor de toda su historia, llegando a rozar, por primera vez, el billón de de
euros (961.555 millones de euros).
Y lo peor es la
respuesta del ministro de Guindos, que ha despachado esta delicada situación
con un “esperábamos que el dato fuera aún peor”.
NO ES POR LA HERENCIA , ES POR LAS
POLÍTICAS DEL PP
Por mucho que
insistan desde los medios de comunicación afines del gobierno, por parte de
algunos tertulianos, y muchos dirigentes de la derecha, este dato no se debe a
la herencia del PSOE, sino a políticas como la Reforma Laboral y la falta de
planes de empleo, que ha destruido un millón de empleos según la Encuesta de Población
Activa (EPA).
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