No sólo es la agenda oculta del PP. Desde
que ganaron con mayoría absoluta en 2011, los dirigentes del Partido Popular
han dado muestra que su objetivo es que las mujeres españolas regresen a la
posición de los años setenta, sin recursos, sin derechos y sin autonomía.
La frase de Arias Cañete tras el debate
con la socialista Elena Valenciano, no sólo demuestra que en la psique de
muchos de los hombres del PP siguen, sino que el apoyo de hombres y mujeres de
su partido a las mismas, que no se trata de una salida de tono, sino de una
apuesta estratégica que saque a las mujeres de los espacios públicos para que
regrese en exclusiva al hogar.
Mariano Rajoy,
presidente del PP, hizo ayer una cerrada defensa de Cañete, en medio de las
críticas que le están lloviendo de todos lados al candidato del PP –incluida la
prensa internacional-, por su afirmación de que las mujeres son
intelectualmente inferiores a los hombres y por insinuar –dando muestras de mal
perdedor que se dejó ganar en el debate con Valenciano.
Si la frase del
candidato Cañete ("El debate entre un hombre y una mujer es muy
complicado. Si haces un abuso de superioridad intelectual, o lo que sea, parece
que eres un machista que está acorralando a una mujer indefensa") ha
causado un verdadero escándalo en Europa, que sumadas a otras muchas suyas y de
otros dirigentes del PP sobre las mujeres, el rotundo respaldo del presidente
del gobierno causa una verdadera preocupación.
En el siglo XXI,
es inaceptable que Rajoy y Cañete busquen el voto de las mujeres cuando
reconocen que las desprecian por considerarlas inferiores. Pero sobre todo,
¿qué pueden esperar las mujeres que haga el PP con su voto?
Y si a pesar de
la afirmación cuestionada incluso por la prensa europea, lo que hace Rajoy es decir
que “Cañete es el mejor candidato, un candidato extraordinario” demuestra que
el presidente del PP está de acuerdo con ese pensamiento machista y con el
desprecio hacia las mujeres que contiene.
Pero no debe
sorprender. Esas palabras muestran perfectamente la política estratégica que ha
llevado el PP desde que Rajoy consiguió la mayoría absoluta en 2011: quitar
derechos y ayudas a las mujeres y ponerle dificultades con el fin de
expulsarlas del mercado laboral de forma que vuelvan a meterse en su casa para
ocuparse de las tareas domésticas, de los hijos y del cuidado de los familiares
dependientes.
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