Tras paralizar los jueces el proceso de
privatización de la sanidad pública madrileña, que ha contado con un amplísimo
rechazo de ciudadanos y profesionales sanitarios, muchos de ellos votantes del
PP, el partido de Rajoy y sus tertulianos están aplicando el principio
goebbeliano de transposición: cargar sobre el adversario los propios errores o
defectos, respondiendo el ataque con el ataque.
Sólo así se explica la gran mentira del
dirigente del PP Carlos Floriano, quien ha afirmado en Radio Nacional de
España, que lo que los tribunales le han impedido hacer con la sanidad pública
en Madrid es lo mismo que ya se está haciendo en Andalucía. Afirmación
rotundamente falsa: En Andalucía no hay ni un solo hospital público gestionado
por una empresa privada.
Los datos cantan:
Andalucía tiene 47 hospitales públicos y más de 1.500 centros de atención
primaria, todos ellos de gestión pública, personal público y atención pública,
Así, el sistema andaluz tiene cien mil profesionales y empleados públicos. Y lo
más sobresaliente: desde 2005, Andalucía
ha incorporado a su Sistema Sanitario 11 hospitales 100% públicos.
De esta forma, ningún centro sanitario público de
Andalucía está en manos privadas, es decir, en Andalucía no se aplica el
modelo de sanidad que está implantando el PP.
Pero aún más, Andalucía
ha sido de las pocas Comunidades Autónomas que se ha comprometido en defender la Sanidad Pública y Universal, no
retirando la cobertura sanitaria ni a los ciudadanos de estancia irregular en
Andalucía, ni a los andaluces que permanezcan en el extranjero más de tres
meses a los que el PP ha aprobado quitar la tarjeta sanitaria a su regreso a
España.
La estrategia del
PP y sus postulados neoliberales están claros: comienzan imponiendo recortes a
las Comunidades Autónomas con medidas como el Plan de Pagos a Proveedores,
recomendando a los bancos no dar préstamos a la Junta de Andalucía, y
retrasando los programas de liquidez, para que hayan menos médicos, menos
enfermeros, y menos recursos materiales para pruebas diagnósticas.
Luego obligan
legalmente a las Comunidades Autónomas a aplicar el copago (hospitalario, de
medicinas, etc.) Continúan por la privatización de la gestión de los hospitales
y centros de salud, como paso previo a la privatización total del Sistema.
NO SÓLO NO ES LO MISMO, SINO QUE ES TODO
LO CONTRARIO
Lo que el PSOE
está haciendo en Andalucía con la sanidad pública no solo no es lo mismo que lo
que el PP quería –y no ha podido- hacer en Madrid, sino que es todo lo
contrario.
Y para muestra,
tres botones: En Andalucía, ningún
centro sanitario público se ha puesto en manos de empresas privadas para
ser gestionado, que es lo que ha hecho el PP en Valencia, en Madrid y en otras
Comunidades Autónomas gobernadas por el PP; en la
Comunidad
Andaluza la
sanidad es pública y universal, con la cartera de servicios más amplia de toda
España, gestionada bajo criterios de eficiencia; y además, es la que menos presupuesto dedica a
conciertos con la sanidad privada, sólo el 3,6% en 2013, menos que en 2012,
que fue el 4,5%.
El modelo que implantó el gobierno
socialista a partir de 1982,
ha sido, según el Banco Mundial, más eficiente que los modelos de cuotas como el que
ahora tratan de imponernos, que son de un 3 a un 4% más caros, sostienen menos empleo
estable (entre un 8 y un 10% menos) y no sólo no obtienen mejores resultados en
salud, sino que son peores en muchos aspectos.
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