En una entrevista ofrecida ayer por el diario La Razón (y que se
puede leer aquí), el ministro de justicia del gobierno de la Nación, Alberto
Ruíz Gallardón, anunció que "La malformación del feto no será ya un
supuesto para abortar".
Las personas que tenemos relación con la discapacidad o la
dependencia somos conscientes de la inmensa variedad que hay, y más aún si se
dan diferentes combinaciones entre ellas.
No siempre se puede predecir una discapacidad, porque no todas
vienen de una malformación fetal, sobre todo las intelectuales. Es mucho más
complejo que eso.
Pero sí que los avances en medicina prenatal ayudan a detectar e
incluso a corregir algunas de éstas, incluso llegando a la cirugía dentro del
vientre materno.
Mas
me da la sensación de que el señor ministro piensa que resulta muy fácil
tomar la decisión de interrumpir la gestación de ese ser que llevas dentro de ti.
Ese ser que, como norma general, deseaste engendrar. Un ser que amas desde el
primer instante en que tienes la sospecha de que puedes estar embarazada.
¿Cómo cree que se pueden sentir unos padres, que tras 12, 15 o 20
semanas de gestación, te dicen que algo no va bien, que hay que hacer pruebas,
que en efecto hay una malformación en el feto, que incluso es incompatible con
la vida del futuro bebé, que deben pensar en la interrupción del embarazo,
etc.?
Pues lo normal es que se te caiga el mundo encima, que te hundas,
que te cuestiones tu propia existencia, que te preguntes una y mil veces por
qué a ti... que cómo puedes tomar esa decisión... que, ¿y si se equivocan?¿y si
no?¿qué pasaría si seguimos? ¿y si nos vuelve a pasar?¿y si no podemos volver a
engendrar?
Es realmente duro tener que tomar esa decisión y más aún vivir con
ella.
Pero unos buenos padres son conscientes de que se tiene que
garantizar una buena vida al nuevo ser que traes a este mundo, o al menos hacer
todo lo posible para ello. Pero, ¿qué calidad de vida tiene una persona con una
discapacidad? Pues las hay que viven mejor y otras peor, o mucho peor, y más
aún cuando quienes están en el gobierno se empeñan en destrozar el Estado de
Bienestar que tan duramente estábamos construyendo.
No todas las discapacidades son ese Síndrome de Down, cariñoso y
simpático. No todas las personas con discapacidad viven felices con sus
limitaciones, no todas son ignorantes de sus diferencias. Y para las personas
que convivimos con la dependencia y la discapacidad sabemos lo terrible que es
para las familiar que atienden a unas personas que, en muchísimas ocasiones, son
incapaces de expresarse, de comunicarse, y no
saber si ese grito es de dolor, de frustración, de impotencia...
Se nota que con esta iniciativa, el ministro Gallardón, y con él todos
aquellos que animan a tomar esa decisión, es incapaz de sentir empatía con las
personas con discapacidad y sus familias, y antepone su prejuicio ideológico
sobre el bienestar del conjunto de la población. Y la falta de empatía es el
primer signo que degenera en genocidio.
Carmen Gómez del Valle es secretaria de bienestar del
Comité Local de la
Agrupación “José Galán Merino” del PSOE San Jerónimo.
La responsabilidad de los artículos
de opinión recae en sus autores/as. La Agrupación Local
José Galán Merino del PSOE de San Jerónimo no comparte necesariamente las
afirmaciones contenidas en los mismos, limitándose ésta a ofrecer una
plataforma para el debate de ideas entre la militancia socialista.
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