¿Quién no es capaz de sacrificarse hoy por el bienestar de sus hijos y nietos el día de mañana? ¿Quién no es capaz de aceptar sacrificarse hoy por un empleo para mañana? Este es el pensamiento de las buenas personas del que se está aprovechando la derecha política, mediática y económica para “colar” las políticas más destructivas de la historia de España.
Muchos ciudadanos han llegado a la conclusión de que en España los y las trabajadoras disfrutamos de demasiados derechos, que somos culpables de haber vivido por encima de nuestras posibilidades, y que la única forma de arreglar esto es aceptar hoy sacrificios para sembrar hoy el bienestar del mañana. Y por eso viven con resignación la subida de impuestos, subida de la luz, despidos de los trabajos, etc.
Es un razonamiento lógico, pero falso. Las y los trabajadores hemos sufrido en estos años de supuesta bonanza una trampa de liquidez. Los salarios no subieron (como mucho el IPC) pero fue sustituido por un acceso al crédito provocado por la codicia y la irresponsabilidad de quienes tenían la responsabilidad; bancos, cajas y entidades financieras. Esa “orgía” del crédito llevó inocentemente a muchos y muchas trabajadoras a pedir créditos para mejorar ya que los salarios no lo hacían.
Esa política perversa de los mercados financieros, unida a la ingenuidad de muchos y muchas ciudadanas, provocó que al restringirse el crédito brutalmente por la crisis de los mercados, afectase muy negativamente al consumo, lo que provocó oleadas masivas de despidos, que redujo aún más el consumo y con ello entramos en la espiral en la que aún estamos.
Los economistas saben desde siempre que para crear empleo primero hay que generar confianza. La confianza genera consumo, el consumo genera inversión, y la inversión crea empleo. ¿Y que propone la derecha política (PP y CIU), mediática (La Razón , El Mundo, Intereconomía, etc.) y financiera (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional, OCDE, etc.)? Todo lo contrario.
Nos están vendiendo que hay que sacrificarse hoy, para conseguir el bienestar de mañana. Sacrificar los logros en sanidad (con la introducción del copago por CIU en Cataluña o la privatización por Esperanza Aguirre en Madrid), en educación (renunciando a los programas de libros de textos gratuitos, ordenadores, comedores, aulas matinales, etc), en empleo (aceptando una reforma laboral que da todas las posibilidades al empresario e impide al trabajador y trabajadora su defensa), etc.
Pero el sacrifico de hoy no genera confianza. Y sin confianza no hay demanda. Y sin demanda no hay inversión. Y sin inversión, nunca habrá empleo. Por lo tanto, el objetivo de los sacrificios no es el empleo de mañana sino el beneficio de hoy de las empresas multinacionales, ya que detrás del paro de los y las trabajadoras, va el cierre de autónomos y pequeñas empresas que producen y venden en España sus mercancías y servicios.
Hay que decir ¡basta! La derecha política, mediática y económica debe recibir una buena llamada de atención. Y el momento ha llegado en Andalucía, en las próximas elecciones autonómicas del 25 de marzo. Votar al PSOE es decirle a la derecha que los sacrificios que proponen no sirven para nada, que los derechos conquistados con mucho sufrimiento en el pasado deben asegurarse, y que el futuro no está en imitar el sistema social de China o Estados Unidos, sino en el modelo de progreso, paz y justifica social tradicional de Europa.
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