EL PP LE QUITA CON UNA MANO 4.000 MILLONES DE EUROS A LOS QUE MÁS LO NECESITAN Y SE LO REGALAN CON LA OTRA A QUIENES MENOS LO NECESITAN
Esta semana se ha iniciado el debate
presupuestario del Estado en el Congreso de los Diputados, donde todos los
Grupos Parlamentarios de la oposición han pedido la devolución al gobierno de la Nación de los Presupuestos
Generales del Estado para 2015.
El secretario general de los y las
socialistas españolas ha sido especialmente duro con el gobierno con el saldo
de la política económica de Rajoy, que en sus tres años ha dejado 800.000
empleos menos, 400.000 jóvenes fuera de España y 262.000 millones más de deuda
pública, unos datos que lastrarán la recuperación que llegará cuando el PP deje
el poder.
A continuación transcribimos la
intervención de Pedro Sánchez ante el pleno de la Cámara.
Señor presidente,
señorías, señor Montoro,
Le he escuchado a
lo largo de esta mañana y estoy convencido de que la inmensa mayoría de
españoles piensan lo mismo: basta ya de mentiras. Basta ya de engaños, señor
Montoro. Llevan ustedes tres años defraudando a muchos españoles.
Ustedes dicen que
con estos presupuestos se consolida la recuperación económica. Yo creo que se
consolida es un proyecto basado en la desigualdad y una forma de hacer política
que es el engaño masivo.
Su verdadero
cuadro macroeconómico es el de una legislatura fracasada. Es el de una
legislatura agotada. Le voy a dar tres datos que refrendan esto:
800.000 empleos
menos.
400.000 jóvenes
fuera de España.
262.000 millones
de euros de deuda pública de más desde que ustedes gobiernan.
Y mire, señor
Montoro, en la calle, solo en un año denunciaba Cáritas que han tenido que
atender a 600.000 personas más en riesgo de exclusión social. Es decir, dos
millones y medio de personas en riesgo de exclusión social, población
equiparable a Castilla y León.
Ese es su triste
record. Con sus políticas lo que echa raíces es el paro, la pobreza laboral y
la exclusión social.
Sus presupuestos,
señor Montoro, lo que hacen es consolidar la desigualdad.
Miren, solo el
año pasado, mientras el sueldo medio de los trabajadores en este país cayó un
3%, el sueldo de los altos directivos subió un 7%. Y aún hoy tenemos que
escuchar las virtudes de la devaluación salarial a algunos de los miembros del
Gobierno o a usted mismo cuando en 2013 dijo que no bajaban los sueldos de los
trabajadores en este país.
Ustedes
consolidan la desigualdad y consolidan también una forma de hacer política, que
es la mentira, que es el fraude electoral.
Se lo recuerdo:
El señor Rajoy dijo, antes de las
elecciones generales de 2011, que no subiría ningún impuesto y no ha dejado
impuesto sin subir.
Dijeron que el rescate financiero no iba a
costar ni un céntimo de euro a las arcas públicas y ya son 44.000 millones de
euros los gastados, mientras por desgracia el año pasado se produjeron 38.000
desahucios.
A usted, señor Montoro, si algo le molesta
es la verdad. Usted ha llegado a indignarse ante las cifras de pobreza infantil
publicadas por algunas ONGS, pero con la misma indignación que se muestra
contrario a esas cifras, también es muy complaciente con el fraude fiscal.
Señor Montoro,
ambas realidades existen, el fraude fiscal y la pobreza infantil. Y lo indigno
es su respuesta. Porque con una mano aprueba amnistías fiscales vergonzantes y
con otra recorta y recorta los fondos de lucha contra la pobreza infantil. Eso
es lo que hace usted, señor Montoro.
Miren, digan la
verdad. Digan que estos presupuestos son
una sorpresa positiva para un 10% de la población. Cuando ustedes se
dirigen a la población y dicen que la recuperación ha venido para quedarse, que
cuenta con raíces vigorosas, ustedes se están dirigiendo a un 10% de la
población. Yo le voy a hablar del 90% restante.
Le voy a hablar de los jóvenes que han
tenido que marcharse fuera de España como consecuencia de la falta de
oportunidades dentro, y que su ministra de Trabajo califica como de “movilidad
exterior”.
Le voy a hablar de las personas que son
desahuciadas de sus casas, mientras que el Estado compra viviendas vacías con
los impuestos de los desahuciados.
Le voy a hablar de los autónomos que
llevan toda una vida esforzándose y a los que ustedes han subido cotizaciones e
impuestos, pero a los que recortan prestaciones sociales.
Le voy a hablar de las familias
trabajadoras, de las familias de clase media, a las que ustedes bajan el sueldo
y les suben la luz, el IVA, el IBI, los libros de texto, les quitan las becas y
les cobran copagos, repagos. Hasta incluso, cuando tienen que ir a la Justicia , tienen que
pagar tasas judiciales.
Mire, señor
Montoro, para ese 90% los recortes, y para el 10%, las amnistías fiscales y las
rebajas fiscales. Para el 90% los sacrificios y para el 10% los beneficios. Esa
es su política.
Por cierto, usted
en su intervención, señor Montoro, prácticamente el 60-70% de su intervención
ha sido sobre la herencia. Hablan tanto
de herencia que se han olvidado del futuro; en toda su política no hay ni una
medida de futuro. Y, por cierto, reivindicar estos días el legado de Rato y de
Acebes me parece que es obsceno, señor Montoro.
Vienen ustedes
con unos presupuestos que no son los que necesita España; quizá sean los que
necesita el presidente del Gobierno para un año electoral.
Porque esto de
incluir un crecimiento del 6,8% de las cotizaciones a la Seguridad Social
con un aumento del empleo de un 1,4%, es la muestra más palmaria de que para
ustedes el papel lo aguanta todo. Pero yo le digo una cosa, señor Montoro: los
españoles ya no aguantan más mentiras de este Gobierno.
Vender rebajas de impuestos, aunque sea
para unos pocos, y confiar en base a unas previsiones irreales que los ingresos
fiscales van a aumentar, no es economía, es ficción. Ficción, señor Rajoy, de
serie B, señor Rajoy, como la contabilidad de su partido.
Señor Montoro,
usted es el artífice de una de esas citas que pasaron a la historia del
parlamentarismo, cuando dijo aquello de “que caiga España, que ya vendremos
nosotros a resoverlo”. Entiendo que se avergüence, pero usted lo dijo. Y el
problema, señor Montoro, es que cuando ustedes acusan a los demás de no ser
rigurosos, lo que le tengo que decir es que sus previsiones son inverosímiles.
Si es que ustedes llevan gobernando este país durante tres años y es verdad que
ustedes han ajustado cuentas, con la clase media y con las clases trabajadoras,
utilizando como pretexto la crisis.
Señor Montoro,
Usted hacía una
apelación a la política económica de su Gobierno. Ustedes han utilizado
básicamente dos instrumentos, dos, para conducir a las mayores cotas de
desigualdad en nuestra historia democrática. Por un lado, la política
presupuestaria, y por otro lado, la política laboral. Usted ha reivindicado
ambas.
Mire, su política
laboral ha sido una auténtica trituradora de empleo; solo en su primer año desde
su puesta en marcha, destruyeron más empleos que en los dos años anteriores
previos a su aprobación.
¿Se acuerda de
los mileuristas, señor Montoro?
Hace apenas cinco
o seis años, ser mileurista en España era una extendida queja de gran número de
jóvenes españoles, que cobraban 1000 euros al mes y que no podían llegar a fin
de mes. Esto sí que es un problema que
ustedes han solucionado: ustedes han acabado con el mileurismo. Ha dejado de
ser una frustración y lo han convertido en una aspiración imposible. Esa es
la estrategia más común de su Gobierno, señor Montoro. Si hay un problema, en
vez de encararlo, ustedes se dan la vuelta y deja de existir el problema, pero
solo para su vista señor Montoro. Este es el problema.
Usted en 2013
dijo que los sueldos no habían bajado, para asombro de todos los españoles. No
serán los de aquellas personas con las que usted se codea, pero sí para el
común de los mortales en este país han bajado, y mucho, los sueldos.
Señores del
Gobierno,
Ustedes saben que
la política fiscal no es solamente un instrumento de recaudación; es un
instrumento también de redistribución de renta y de lucha contra la desigualdad
social.
Pues bien, si hay
una palabra que define su política fiscal es la regresividad. Le doy varios
datos:
Han bajado los
impuestos directos a las grandes rentas y a las grandes corporaciones, con
amnistía fiscal incluida.
Ustedes, señor Rajoy, los que prometieron
que no iban a subir el IVA –usted incluso firmando- ustedes han subido la
imposición indirecta, que perjudica a las clases medias y bajas. Por cierto,
señor Rajoy, ya que estamos hablando del IVA, le propongo que rebaje el IVA
cultural al 5%, para que la industria cultural sobreviva durante estos años de
crisis.
Y vuelven a
recortar donde más duele, hasta el punto de que el presupuesto en lucha contra
la violencia de género es un 22% menos que en 2011. Y no voy a olvidarme,
también, del indigno desmantelamiento del sistema nacional de dependencia.
Con su política fiscal las clases medias y
trabajadoras transfieren renta y bienestar al 10% de la población para el cual
ustedes gobiernan. Es un regalo a los más pudientes que, además de injusto e
indigno, nuestro país no se puede permitir. España no se puede permitir que haya 4.862 españoles que
declaran más de 600.000 euros, que con su reforma fiscal se vayan a ahorrar una
media de 72.000 € al año. Mientras que el 40% de contribuyentes con menor
renta, 8 millones de ciudadanos, sólo vean ahorrados una media de 52 euros.
Regalos fiscales
para las grandes fortunas, a las grandes empresas que se ahorran hasta 3.000
millones de €, mientras ustedes recortan y recortan los servicios públicos
esenciales en nuestro país.
¿Y cómo ocurre
esto? Le voy a poner un ejemplo.
Desgraciadamente, hoy tenemos 3.300.000
personas paradas que no tienen ningún tipo de protección. El mayor nivel de
nuestra historia, y atención, llevamos instalados en él año y medio. En España
hay casi 2 millones más de parados sin protección que los que había en enero de
2010.
Lo que hace este
Gobierno es lo siguiente: plantea seguir recortando el gasto por desempleo,
ahora en un 15%, más de 4.000 millones de euros. Y, al mismo tiempo, ofrecen
una rebaja fiscal a los ingresos más altos, que cuesta lo mismo, 3.700
millones.
Es decir, su
política presupuestaria que les quita con una mano 4.000 millones a los que más
lo necesitan, y se la regalan con la otra a quienes menos lo necesitan, a
quienes no han sufrido la crisis y las consecuencias de esta maldita crisis. Y
eso es una decisión política que nada tiene que ver con la crisis, señor
Montoro.
Ustedes
redistribuyen, pero al revés. De abajo arriba. Quitan a los que menos tienen
para dárselo a los que menos lo necesitan. Esa es su política.
Déjeme también
que les hable de otro colectivo al que vuelven a castigar, que son precisamente
los pensionistas.
Usted mira para
atrás para dar una imagen bastante distorsionada de la realidad, señor Montoro.
En los 8 años del gobierno anterior, las pensiones mínimas aumentaron un 27%.
Con ustedes, por primera vez en la historia de la democracia, van a congelar el
poder adquisitivo a las pensiones más bajas, a las pensiones mínimas. Incluso a
usted le he escuchado decir aquello de que no va a ser así porque la inflación
va a ser negativa; deben de ser ustedes el único gobierno de un país endeudado
de la eurozona que está deseando que haya deflación para excusar sus injustas
decisiones, señor Montoro.
Por cierto, ha sido muy emotiva la defensa
que ustedes han hecho de los empleados públicos; la que usted ha hecho a lo
largo de esta mañana en la tribuna. ¿Sabe cuál es el problema? Que tiene usted
un secretario de Estado de Función Pública que les dijo a los funcionarios que
ya estaba bien de cafelitos y de leer los periódicos. Así que, si usted quiere defender a los
funcionarios, pida perdón y no tenga ese secretario de Estado de Función Pública
más en el Gobierno de España. Eso es lo que tiene que hacer. Eso es lo que
tiene que hacer: respete y pida perdón, y reconozca en esta Cámara y al
conjunto de empleados públicos de España, que usted devuelve una cuarta parte
de esa paga extraordinaria porque usted ha perdido un juicio con los empleados
públicos en los tribunales; no es como consecuencia de una decisión política.
Miren, si ustedes de verdad quieren defender el
servicio público y a los empleados públicos, menos halagos y más defensa de los
servicios públicos. Usted hacía referencia a la sanidad pública. ¿Sabe cuánto se ha recortado el presupuesto
del Ministerio de Sanidad desde que ustedes son gobierno? Un 22%, y hay 28.200
profesionales menos en la sanidad pública de cuando ustedes llegaron al
Gobierno. Así que lecciones sobre el servicio público y los empleados
públicos, usted no dé ninguna; ninguna, señor Montoro.
Miren, los
grandes dogmas conservadores para vencer esta crisis, que tiene mucho que ver
con su política económica, con la austeridad expansiva, con una política fiscal
regresiva y la devaluación salarial, es algo que ya ha puesto en cuestión todos
los organismos internacionales. Y no estaría de más que su Gobierno tome nota
de esto y abandone fundamentalismos ideológicos por injustos y por inútiles. Le digo una cosa, señor Rajoy: lo que tiene
que hacer es derogar la reforma laboral. Y aprobar una reforma fiscal que actúe
en defensa y no en contra de los intereses de la clase media y de la clase
trabajadora.
Señor Montoro, cuando
uno lee sus presupuestos no encuentra ningún objetivo de su política económica.
Porque el déficit público, su control, es una restricción, pero nunca es un
objetivo de política económica, y ustedes lo han convertido en su único
objetivo, señorías.
En sus presupuestos no hay una política
para impulsar la ciencia y la innovación, para defender la cultura, para
reforzar la igualdad de oportunidades y redistribuir la riqueza, para
reindustrializar España, para modernizar las infraestructuras y apostar por la
digitalización de la economía, señor Montoro... Si es que no hay nada en estos
presupuestos que prepare para el futuro a esta economía.
Y ahí es donde
tenemos que poner especial énfasis. Los sacrificios que están pidiendo a la
gente son dolorosos, pero sobre todo son inútiles. Sufrimiento a cambio de nada, señor Montoro.
Mire, España
sufre desde hace décadas tres problemas estructurales en la economía: paro y
precariedad, baja competitividad y elevado endeudamiento privado.
Ustedes, durante estos tres años, han sido
incapaces de solucionar ninguno.
Es más; han hecho una cosa más grave, añadir dos problemas estructurales más:
la desigualdad inaceptable y el endeudamiento público disparado.
Si hoy la
economía española se ha estabilizado y tiene posibilidades de poder crecer en
términos de PIB interanual es precisamente por el gobernador del BCE y por la
política monetaria expansiva, por nada más, señor Montoro. Porque la prueba más palmaria de que ustedes no han resuelto ningún
problema económico de fondo de este país es que estamos de nuevo con un déficit
comercial, es que tenemos un problema de competitividad. Si miramos cuáles
son los índices de competitividad de muchos organismos internacionales, no
hemos subido en ninguno de esos puestos. Seguimos teniendo un problema de
competitividad que, desde luego, no va a resolver la bajada de salarios y que
tampoco va a resolver los recortes que ustedes están practicando a la principal
fuente de crecimiento de una sociedad moderna, que es el conocimiento.
Porque, por mucho que se empeñen en
sostener lo contrario, reducir el 35% los presupuestos en Políticas Activas de
Empleo es incompatible con la mejora de
nuestro capital humano, señor Montoro.
Recortar la Investigación , el
Desarrollo y la Innovación
en un 25%, como ustedes hacen, en nada contribuye a modernizar el país.
Subir las tasas universitarias, recortar
las políticas educativas en un 20% y congelar las becas atenta contra el
principio de igualdad de oportunidades, señor Montoro.
Y todavía estoy,
señor Rajoy, estoy esperando que nos expliquen por qué un hijo de familia
humilde que tiene una nota de 6,5 no puede seguir estudiando, pero sí puede
hacerlo uno de familia pudiente con su infame reforma educativa. Eso es lo que
pasa, señor Montoro.
Ustedes llaman
recuperación a consolidar la desigualdad.
Y más
desigualdad, señorías, no va a sacar a España de la crisis, y esto no lo dicen
solo los organismos internacionales, lo dice también el sentido común. Por eso,
sus presupuestos, para nosotros, lo que hacen es consolidar la desigualdad y
demostrar lo insolidario de su política económica.
Pero, miren, son insolidarios dentro y son insolidarios
también fuera, con la comunidad internacional. Y ustedes deberían saber que nos
va mucho en ello. Fíjese Sr. Montoro, hace unos meses la ONU lanzó un llamamiento a la
comunidad internacional para recaudar 1.000 millones de euros para luchar
contra el ébola en África occidental. ¿Sabe cuál ha sido su respuesta? Sí la
sabe: 500.000 euros, señor Montoro. Ese es el compromiso que tienen ustedes
en la lucha contra el ébola en África occidental.
Error tras error,
señor Montoro. Ustedes, ahora que veo
gesticular a la señora vicepresidenta del Gobierno, aprobaron la Ley de Transparencia, y
presumieron mucho de ello. ¿Pero sabe cuál es el problema? Que ustedes no
consignan ninguna partida en los PGE en ninguno de los ministerios para poder
llevarla a cabo. Por tanto, engaño tras en engaño, señor Montoro.
Si la corrupción
es la principal preocupación de los ciudadanos, ¿saben lo que han hecho durante
estos años de Gobierno? Han recortado los recursos en Justicia en tres años,
más de un 12%; y los de la Agencia Tributaria en un 8%. Fraude tras fraude,
señor Montoro.
Señor ministro de
Hacienda,
España necesita otra política económica. Y
es posible. Es necesaria más inversión pública en la eurozona que precisamente
lo que haga sea impulsar la demanda interna.
Europa se acerca
peligrosamente, y usted no ha hecho referencia a ello, a su tercera recesión en
5 años. Por tanto, hay que dar un volantazo a la política europea. Y para ello
España debería contar y ser uno de los principales protagonistas, porque nos va
la vida en ello.
Hace unas semanas le entregué al señor
Rajoy un decálogo para un pacto de competitividad, la cohesión social y la
creación de empleo para Europa. En
ese decálogo el PSOE proponía cosas tan razonables como que el BCE no solo se
dedicase a controlar la estabilidad de
los precios públicos, sino también a crear empleo, como se hace en EEUU. Proponíamos
la reindustrialización de Europa. Proponíamos que el presupuesto comunitario
fuese un presupuesto de verdad, un presupuesto financiado por la tasa Tobin, a
partir del cual se pudiesen impulsar inversiones públicas transeuropeas.
Ustedes lo rechazaron para seguir instalados en su autocomplacencia.
Lamentable, señor Montoro.
Señorías,
Se habla mucho de
la necesaria transición política, de la necesidad de regenerar la vida
democrática en nuestro país, y yo lo comparto. Pero más urgente aún es la Transición Económica
que necesita España. Un salto de modernización económica y social.
Nuevas políticas, reformas
institucionales, también un cambio en la cultura empresarial y las relaciones
laborales para que sean más acordes al siglo XXI y a la era de la
globalización.
Una Transición
Económica que cambie el modelo productivo, que lo haga más competitivo, que
apueste decididamente por la mejora del capital humano, la industria cultural,
la industria verde, la ciencia y la innovación.
Un cambio que
también debe de implicar una transición
energética, que reduzca el consumo, que abarate la factura de la luz, que
desarrolle fuentes de energía renovables, los sectores verdes y la eficiencia
energética; que luche contra el cambio climático.
Se trata de avanzar
a una economía que acabe con los privilegios, con los corporativismos, con los
monopolios, que fomente la competencia real y que ponga a los ciudadanos en el
centro del sistema económico, que es precisamente lo que no ocurre ahora.
La agenda para la
transición económica que vamos a impulsar los socialistas va a ser
mucho más ambiciosa. Pero al calor de este debate, me gustaría proponer a sus
señorías cuatro medidas concretas.
Primero: Hacer un rescate financiero a
familias y autónomos en situación límite. Le propongo que hagamos en España lo que se está haciendo en
Estados Unidos, en Islandia o Alemania. Algo que propone el FMI: reestructurar
la deuda hipotecaria de las familias y autónomos que están pasando por
dificultades, y que están a punto de perder o bien su negocio o bien su
vivienda.
Un rescate que podría beneficiar a más de
500.000 familias, porque
si hay recursos para rescatar bancos e incluso a las radiales… debe
haberlo también para rescatar familias y autónomos que están pasando sus
mayores dificultades.
El objetivo es que las familias y los
autónomos tengan lo que le pasa a las personas jurídicas, a las empresas en
nuestro país: una segunda oportunidad.
Porque es de
justicia el que aquellos, familias y pequeños negocios en situaciones límite,
que con sus impuestos han rescatado al sector financiero vean compensados sus
esfuerzos en forma también de rescate. Con ello no solo estaríamos aliviando el
endeudamiento privado, que es una losa en las posibilidades de recuperación
económica de nuestro país, sino que estaríamos también dando fortaleza a esa
hipotética recuperación económica.
La segunda propuesta que les hago va al
corazón de uno de nuestros principales problemas: la pobreza infantil, que no ha hecho más que crecer durante
estos años de crisis; y que es moralmente inaceptable para este país, como
también representa una hipoteca inasumible para el futuro de todos.
Le propongo que
trabajemos todos los grupos políticos, todas las instituciones para que
alcancemos un gran pacto contra la Pobreza Infantil ,
que se puede inspirar en el Pacto de Toledo, que sirvió para garantizar
el futuro de nuestros mayores. Tenemos, en consecuencia, que reformular nuestro
sistema de protección social para atender a las familias con hijos a cargo y
pocos recursos. Y empecemos con una propuesta que les hemos hecho y es la de
que haya prestaciones para todos aquellos desempleados con hijos o con cargas
familiares.
Tercera propuesta. La reindustrialización
de España.
Para ello
empecemos por lo más importante, por la formación, ¿Cómo es posible que en
España tengamos un 11% de jóvenes que quieren cursar Formación Profesional y no
puedan? Y ¿cómo es posible que en la sociedad del conocimiento haya más
problemas todavía para acceder a una FP a distancia? ¿Cómo es posible señor
Wert?
Hay más empleo
juvenil y desarrollo industrial donde la
FP tiene mayor protagonismo, como el País Vasco con el 40’6%
de matriculación en FP de grado superior y medio, que donde tiene menos peso,
como es el caso de Murcia y Baleares con el 15 y el 11% respectivamente.
Le propongo que demos un salto de calidad
en la Formación
Profesional , que aprobemos entre todos un Plan Nacional de
referencia para un nuevo impulso industrial que se apoye en la Formación Profesional.
Hay muchos
sectores punteros de nuestra economía que necesitan del apoyo del gobierno;
ligados a las tecnologías de la información, a las energías renovables, a las
biotecnologías, a los sectores audiovisuales… que demandan empleo, pero
lamentable e inexplicablemente con los tiempos que corren, no encuentran
trabajadores cualificados para ello.
No debemos perder
más tiempo, ni desperdiciar recursos ni capital humano. Tenemos que apostar,
señorías, por la
Formación Profesional.
La cuarta propuesta, Sr. Montoro, va
a uno de los principales problemas que tiene su política económica, y es que
ustedes no dan respuesta a los 5,6 millones de personas en situación de desempleo.
Y para ello tenemos que articular e impulsar dos palancas: las políticas
activas de empleo y los salarios.
En poco más de
tres años su Gobierno ha recortado en 3.000 millones de euros las políticas
activas de empleo. Tenemos hoy más parados, pero con menos recursos para
ayudarles, esa es la gran contradicción. Nosotros le proponemos un incremento
drástico en su dotación. Porque lo que queremos es que no haya una
generación perdida de jóvenes, que ahora mismo tienen que marcharse fuera de
España por la falta de oportunidades dentro; y también queremos que no haya una
generación olvidada, la de parados mayores de 45 años, que son los damnificados
por la quiebra del sistema económico que ustedes pusieron en marcha en los 90.
Los parados de
larga duración nos preocupan y mucho, porque son un colectivo que no ha parado
de crecer durante sus 3 años de gobierno. Es quizá el problema más agudo de
nuestro país, primero por el drama social y personal que representa y, en
segundo lugar, por el despilfarro que supone que tengamos una economía
con millones de hombres y mujeres que llevan años en el desempleo.
Por eso es
necesario, mientras las políticas activas no funcionen, ofrecerles una renta
que les garantice una vida en unas condiciones mínimas de dignidad a ellos y a
sus familias.
Además, debemos
abordar urgentemente el problema de la profunda desigualdad salarial. Tenemos que aumentar el Salario
Mínimo Interprofesional hasta alcanzar el 60% del salario medio de nuestro
país, que es lo que nos dice el Consejo de Europa.
Además, tenemos
de cerrar la brecha salarial que sigue existiendo entre hombres y mujeres, y
por eso propondremos una Ley de Igualdad
Salarial entre Hombres y Mujeres.
Y también, al
tiempo que ayudamos a los trabajadores más humildes, hay que poner coto a los
aumentos escandalosos de las retribuciones de los altos ejecutivos y consejeros
de grandes empresas, que no dejan de crecer, y que no tienen ninguna relación
con la productividad, ni con el talento innovador; tiene única y exclusivamente
que ver con la extracción de rentas.
No se trata de
evitar que los altos ejecutivos tengan salarios justos, pero existe una gran
diferencia entre tener sueldos buenos y tener sueldos obscenos.
Por ello, le propongo que en el ámbito del derecho
societario, abramos un debate sobre el tipo de medidas fiscales, de
transparencia y de control, necesarias para poner freno a los
desorbitados sueldos y bonificaciones que en muchos casos, innecesariamente,
están obteniendo las élites económicas de nuestro país.
Existe una
oportunidad actualmente en el marco de la Ley de Sociedades de Capital o incluso del
Proyecto de Ley de Código Mercantil, que están en tramitación parlamentaria.
Por eso, señor Montoro, señor Rajoy, les pido que aprovechemos esta
oportunidad.
Señor Rajoy,
señor Montoro, señorías,
No es un destino
escrito en piedra que España tenga que sufrir tasas de paro de dos dígitos, o
que el nuevo proletariado sea el precariado.
No somos víctimas de una maldición que nos
impida contar con más motores de crecimiento que el turismo.
Nosotros, desde luego, no nos resignamos a
salir de la crisis por la misma puerta por la que entramos.
Tenemos que cambiar lo que no funciona y
hacer mejor lo que ya hacemos bien.
Contamos con las tasas más altas de
población universitaria de la
OCDE , con una de las mejores redes de infraestructuras de
transporte de Europa, altos niveles de seguridad ciudadana, industrias
competitivas como la del automóvil y la agroindustria, empresas que conquistan
mercados extranjeros sin complejos y, hasta el momento, pese a su empeño y sus
recortes señor Montoro, contamos también con una buena red de servicios
públicos.
Tenemos una
lengua hablada por más de 400 millones de personas.
España cuenta con
fortalezas estructurales que son envidiadas por muchos países en nuestro
entorno. No es un problema de recursos, es un problema de falta de voluntad
política, de proyecto y de un gobierno decidido a impulsarlo.
España necesita
responder al presente mirando al futuro. Y necesitamos para ello confianza,
ambición, ganas, así como sensibilidad y justicia social, la que ustedes no
tienen.
Tenemos que ser
ambiciosos porque la resignación no va a sacar a España de la crisis. Y ustedes
se han resignado. Se han resignado porque se escudan en unas pocas buenas
cifras macroeconómicas a las que permanece ajeno el 90% de la ciudadanía para
la cual ustedes no gobiernan. Sus números, Sr. Rajoy nada tienen que ver con
los números del conjunto de los españoles.
Señor Rajoy, señor
Montoro,
Sus presupuestos les retratan: consagran
el engaño como forma de hacer política y la desigualdad como proyecto político.
Son unos presupuestos que no construyen
futuro, señor Montoro. Y solamente por eso, merece la pena retirarlos. Piénselo. Gracias.
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